30 años de Appetite For Destruction: La obra maestra de Guns N’ Roses

Para muchos, los Gunners fueron la última gran banda del siglo XX.

Los adolescentes que crecieron a finales de los 80 y principios de los 90 recuerdan a Guns N’ Roses como esa banda que fue capaz de diferenciar muy bien esa delgada línea que había entre el pop y el hair metal. Al mando de Axl Rose, y con la guitarra de Slash, el quinteto (en esa época) puso a sonar en las emisoras canciones cargadas de distorsión y baterías rápidas, que en la época estaban asociadas únicamente al metal.

En 1987 la radio le pertenecía a Las Bangles, Madonna, Starship y Huey Lewis. Nadie se imaginaba que en California entre los tugurios, las drogas y las bailarinas exóticas, empezaba a nacer todo un fenómeno comercial. Las canciones vencieron, y a finales de los 80 las grandes casas discográficas se peleaban por tener a Guns N’ Roses entre sus filas.

Esta historia empiezó a finales de los 70, cuando los amigos de escuela William Bruce Bailey (hoy Axl Rose) e Izzy Stradlin se conocieron en Indiana. A principios de los 80 se fueron a Los Ángeles para probar suerte en el rock, al crear el grupo Hollywood Rose.

Allí se fusionaron con la banda L.A Guns. “Cuando creamos el primer acorde supimos que estábamos haciendo algo bueno”, aseguró Rose hablando de la llegada de Slash a la banda. Y en efecto, los Guns N Roses no se maquillaban ni jugaban de ‘posers’, como las bandas que reinaban en 1984.

Se generó un fenómeno underground que llegó a las oficinas de David Geffen, quien terminaría por firmar a la banda en 1986.

Appetite For Destruction

El álbum debut de la banda se estrenó el 21 julio de 1987 y un año después fue número uno en Billboard.

Entre 1987 y 1988 los “Guns” pudieron convertir varias de sus canciones en verdaderos himnos adolescentes; riffs de temas como “Sweet Child O Mine” o “Welcome To The Jungle” se hicieron inmortales.

“Appetite For Destruction” es el primer disco de una banda más vendido en toda la historia y para revistas como GQ, es el mejor primer disco de una banda de rock. Este grupo puso en otro nivel el hard rock de los años 80. Su portada fue censurada y en 1987 nada sonaba tan fuerte como “Welcome To The Jungle”.

Cuenta el diario mexicano El Excelsior que, en su momento, se pensó en Paul Stanley (Kiss) y John “Mutt” Lange (Def Leppard, AC/DC) como productores de este disco debut, sin embargo el afortunado fue Mike Clink, y con un presupuesto de 400 mil dólares se grabó el “Appetite For Destruction”.

Como dato curioso, los temas “November Rain”, “Don’t Cry” y “You Could Be Mine” (banda sonora de la película Terminator 2 en 1991), se quedaron por fuera del “Appetite”, y fueron agregadas posteriormente a las selecciones de “Use Your Illusion” de 1991.

Temas esenciales

En cambio, un tema como “Welcome To The Jungle”, que sí entró en el disco, fue una canción que se compuso en menos de tres horas. “Escribí la canción mirándome a mí mismo. Si alguien llega a Los Ángeles y quiere encontrar algo, ellos pueden encontrarte cualquier cosa que quieras”, declaró Axl Rose a la revista Rolling Stone.

También está “Sweet Child O’ Mine”, que además de ser el tema responsable de sacar de la lista a “November Rain” -para no tener dos baladas en el mismo disco-, nació de eso que llaman serenpidia. Un día (cuenta El Excelsior), Slash afinaba su guitarra cuando Axl pasaba por frente suyo y tropezó; el guitarrista se burló del momento haciendo una suerte de música circense de la cual surgió el riff inicial del tema. La letra nació de un poema que Rose le escribió a su novia (y después esposa) Erin Everly.

Y por supuesto está “La Ciudad del Paraíso”, el single que le dio la vuelta al mundo y que además puso a los “Gunners” en las emisoras de América Latina. El tema fue ciertamente pesado para la radio comercial de los 80.

Éxito comercial

Pocos meses después de su lanzamiento “Appetite For Destruction” llegó a las 200 mil copias vendidas y un año después, en 1988, el grupo ya había llegado al medio millón de copias vendidas solo en EE.UU

Hoy supera 32 millones de copias vendidas en todo el mundo, 18 millones de ellas en Estados Unidos.

En Colombia, este álbum se editó en 1987 por Ariola, con la portada original del disco. En 1989 lo re-editó Warner Records, con la portada oficial (la cruz y calaveras). Versiones de estos discos en vinilo se comercializan desde los 30 dólares en páginas como Discogs.

Julián López Cortés