Ver a Anathema tres veces en vivo no es algo raro para alguien que viva en México, Argentina, Brasil o Chile. Tampoco lo es haber visto a este grupo en vivo una vez, si se está en Quito. Pero para un colombiano ver a Anathema en vivo tres veces es un privilegio.
Siempre ha sido en Argentina donde he visto a este grupo. La primera vez fue el 29 de mayo de 2009 en el teatro ND Ateneo; la segunda vez en junio del 2011 en el Teatro Colegiales y ahora, por tercera vez los veo en febrero de 2015, en el Teatro Vorterix (el mismo Colegiales, pero remodelado).
Ese sábado 7 de febrero fue un día caluroso en Buenos Aires. A las 8:30 pm cuando seguía entrando el público al teatro, aún estaba claro, muy claro y soleado como si fueran las 4:00 pm en Bogotá.
Con la previa de Presto Vivace, un grupo local de rock progresivo y EVA, también local y más enfocado al rock gótico, sobre las 9:00 pm inició el que sería el quinto show de Anathema en Argentina.
El grupo viene presentando la gira Satellites Over Southamerica, correspondiente a la promoción del más reciente disco “Distant Satellites”, publicado en 2014 por el sello Kscope.
Con “Anathema”, canción de ese nuevo disco, iniciaron el recital. Un tema compuesto para los fans; en él los tres hermanos Cavanagh, Danny, Vincent y Jamie acompañados por Daniel Cardoso en la batería, dieron inicio al recital que prometía una noche llena de emociones.
Siguió “The Lost Song (Part 1)”, un tema atmosférico y muy fiel al nuevo sondo del grupo. En él se sumó Lee Douglas. Así, el quinteto se apoderó del escenario con un sonido pulcro y nítido.
Durante dos horas Anathema sacudió Vorterix. Hubo grandes momentos, uno de ellos cuando el grupo tocó “Untouchable” (partes uno y dos), en donde a una sola voz el público cantó con ellos, un momento emotivo, teniendo en cuenta que la letra de las dos canciones es muy conmovedora.
También cuando cantaron el ya clásico de 1999 “One Last Good Bye”, un tema compuesto luego de la muerte de la madre de los hermanos Cavanagh y que 16 años más tarde sigue siendo tan impactante como al principio. De hecho Danny explicaba antes de la canción que ese sentimiento reflejó uno de los momentos más difíciles de su vida.
Hacia el final Vincent agradeció a Argentina porque según sus palabras “es el único país que no exige que se toquen temas de 15 o más años atrás, y en cambio apoya mucho el nuevo sonido del grupo”.
Sin embargo al final complacieron a los asistentes con “Fragile Dreams”, una joya del disco Alternative 4, publicado en 1998.
Como dato de color, también cerca del final del show, el público argentino (muy comprometido con Anathema desde hace años, valga la pena decirlo), coreo el popular “Oh, Anathema, es un sentimiento, no puede parar, Ole, Ole, Ole, cada día te quiero más”, un estribillo que tiene encantado a los hermanos Cavanagh y sobre el cual improvisaron el intro del que, según dijeron, podría ser una nueva canción.
Lo que me queda personalmente, más allá del privilegio de poder ver al grupo tres veces en siete años, es que sin duda Anathema se enfoca en la etapa actual del grupo, y sin negar al pasado, los temas clásicos ya no tienen tanta relevancia.
Y no es un tema menor porque en el contexto actual de la música, en donde se monetiza más con los shows que con la venta de discos, es valiente por parte de Anathema no tocar nada del Eternity, o solo tocar un tema del Alternative 4. No veo a Iron Maiden o Metallica tocando solo temas de los últimos dos discos y uno que otro clásico.
Y esto a lo que me lleva es, que en mi caso yo sí quiero escuchar “Angelica”, “Shroud Of False”, “The Silent Enigma” y covers de Pink Floyd, que también fueron en algún momento un “must” en un show de Anathema.
Quizá si algún día vayan a Colombia se despachen con un show de tres horas (como ese que vi en el 2009 en el que tocaron de todo), y dentro de los nuevos temas –que son buenísimos, no me malinterpreten-, se luzcan con buenas versiones que los hicieron lo que fueron en los 90 y que en últimas, les dieron el impulso y el camino de los que son hoy en día.
Y por último brindar, porque esa sensación de irse detrás de un grupo para verlo en otro país es una experiencia completa de la que seguramente escribiré en otra oportunidad.
Crónica y fotos
Julián López Cortés
Set List del concierto