Lo que les sobró en potencia les faltó en sonido. Rock Al Parque tiene que revisar su sonido con lupa.
No es la primera vez que el sonido les juega una mala pasada a los artistas en Rock Al Parque. Durante 30 minutos la mezcla del show de Lamb Of God fue pobre, por no decir espantosa.
Hay tres cosas características en el sonido de Lamb Of God: la voz, la batería y la guitarra. Si eso no suena bien, no se puede disfrutar correctamente un show de este grupo, que en la actualidad es uno de los actos más importantes del metal en el mundo.
Cuando habían pasado 30 minutos -de una presentación de una hora- finalmente se lograron cuadrar bien todos los niveles. Diferencia del cielo a la tierra. ¡Lamb Of God es una patada en la cara!
Puntual, a las 9:10 PM, el grupo inició con “Laid To Rest”, una canción de su segundo disco “Ashes Of The Wake”, un tema que en Spotify cuenta con más de 22 millones de reproducciones.
Así se sabía que esa hora (corta, insistimos), tendría una sobredosis de doble bombo, a cargo de Chris Adler, quien también puso su ‘punch’, en el último disco de Megadeth.
Tres veces ha venido Lamd Of God a Colombia, nunca con una audiencia tan numerosa, así lo dijo Randy Blythe, vocalista del grupo.
La noche siguió con “Ruin” y “512”, un tema de su última placa discográfica llamada “VII: Sturm Und Drang”. Sin embargo, los mejores momentos fueron cuando sonaron los clásicos “Walk With Me In Hell”, “Now You’ve Got Something To Die For” y “Hourglass”, que prendieron un mosh pit de proporciones importantes en el escenario principal del Parque Metropolitano Simón Bolívar.
El cierre, estuvo a cargo del veloz y tremendo “Redneck”, un tema que puso literalmente a vibrar el piso del parque. Esta canción marcó un punto histórico en el festival, cuando a un solo coro miles de rockeros corearon al lado de Blythe.
Un show que pudo ser mejor, sin duda la producción de Rock Al Parque debe revisar muy bien su sonido y los estándares de calidad. Constantemente se repiten fallas en el sonido que se deben corregir. El show de Lamb Of God pudo ser el mejor de todo el fin de semana, pero el sonido lo relegó a un segundo plano.
Julián López Cortés