El cuarteto islandés debutó con varios shows en América Latina, el de Colombia fue uno de los mejores.
El metal nórdico siempre ha sido exótico para estas tierras tropicales y latinas. Las historias de vikingos, bosques encantados, e incluso las masacres emprendidas por las misiones cristianas para evangelizar el norte de Europa, llegaron a oídos latinos a través de estas bandas que encantaron con sus nombres, portadas y por supuesto, sus arreglos sonoros.
De golpe, entender el mapa europeo fue más fácil a partir del metal. Esto sucedió a mediados de los 90, y a principios de siglo estas propuestas ya no tan nuevas, empezaron a jugar de locales en los países de habla hispana.
Sin embargo, probablemente en el 2014 o 2015 un grupo empezó a irrumpir en la escena presentando unos videos musicales maravillosos. Se trataba de Sólstafir, agrupación islandesa de metal progresivo, que en sus inicios tuvo algunos acercamientos al black metal y al death metal.
Lo que pasó con estos videos, de los temas “Fjara” y “Lágnætti”, es que parecían cortometrajes con banda sonora original; impresionante. Así llegó Sólstafir a la escena internacional. Y aunque sus temas son en islandés (con algunas excepciones como el disco “Köld”, de 2009), la música empezó a tocar algunas almas en América Latina.
El responsable de traer a Sólstafir a la región, en principio, fue el Overload Fest de Sao Paulo (hermano del VOA Fest de Portugal), un escenario de propuestas del metal enmarcadas en sonidos atmosféricos, progresivos y experimentales; el año pasado se había presentado Katatonia, Alcest (Francia), y el show acústico de Vincent Cavanagh (Anathema).
De inmediato, los promotores locales hicieron todo lo que estuvo a su alcance para aumentar la gira latinoamericana de Sólstafir. Argentina, Chile, Colombia y México agregaron fechas de la banda islandesa.
En Colombia el show fue el pasado domingo 17 de septiembre, en el Auditorio Lumiere. Unas 100 o 150 personas asistieron a este evento, único en el país. No eran necesarios más asistentes.
A eso de las 9:30 PM inició el show de Sólstafir. Previamente, algunos integrantes habían salido a saludar a los fanáticos en la fila; dentro del bar también se asomaban entre el público de vez en cuando.
Pero bien. El paso de Sólstafir por la región obedece al lanzamiento de su disco “Berdreyminn”, que traduce algo así como “el que sueña con el futuro”. Justamente con el tema “Silfur-Refur” (Zorro de plata, probablemente), de su nuevo disco, el grupo integrado por Svavar Austman, Sæþór Maríus Sæþórsson, Aðalbjörn Tryggvason y Hallgrímur Jón Hallgrímsson (nuevo baterista), inició su debut en Bogotá.
Durante más una hora y media, el grupo repasó varios discos de su carrera, como “Köld”, “Ottá” y “Svartir Sandar”, además de los temas propios de su disco “Berdreyminn”.
“Hola”, “Gracias”. Eran las únicas palabras en español que decía el cantante y fundador del grupo Aðalbjörn Tryggvason, de resto optó por el inglés para comunicarse con la audiencia, que aunque era de pocas personas, estaba totalmente compenetrada con el grupo.
La música de Sólstafir se caracteriza por llevar a las audiencias por distintos estados de ánimo. Los temas, en general, inician acústicos o calmados; suaves. A medida que avanza cada canción -un universo en sí- aparecen un sin número de intenciones que van llevando a los oyentes en un viaje sonoro lleno de atmósferas y elementos.
El show continuó con los temas “Ottá” (de los más conocidos de la banda), y “Náttmál”, ambos del disco “Ottá”, de 2014. Llegaría así el turno de “Djákninn”, del disco “Svartir Sandar”, del cual vendrían más sorpresas.
En total fueron nueve temas. El momento más impactante y emocionante fue cuando el grupo tocó “Fjara”, canción de 2012 que con su increíble video (con más de un millón de reproducciones en YouTube), hizo conocer a Sólstafir en la región.
En la mística que genera la música y esa mágica conexión que se da entre artistas y públicos, los asistentes cantaron este tema en islandés, a una sola voz con el grupo. La emoción de Sólstafir fue evidente y al finalizar el tema, el vocalista aseguró (después lo confirmó en el perfil oficial del grupo en Instagram), que Colombia era el primer país hispano parlante que cantaba las canciones de Sólstafir, algo que agradeció hasta el final del show.
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El grupo terminó su presentación con “She Destroys Again” y “Goddess of the Ages”, ambos temas del disco “Köld”, de 2009.
El concierto de Sólstafir en Colombia fue histórico. Tener a un grupo de esta calidad y de esta tendencia musical es algo inusual en el país. Ojalá tengamos la suerte de volverlos a ver en vivo, con más audiencia y con nueva producción discográfica.
Islandia podrá ser una tierra fría y lejana, con un lenguaje complejo; sin embargo, Sólstafir demostró que las barreras culturales e idiomáticas se derrumban con la música. Su show fue cálido, íntimo… casi local. El grupo “lo dejó todo” en el escenario, pues sus integrantes prácticamente se bajaron del avión para ofrecer su concierto. El día anterior habían tocado en Sao Paulo y al día siguiente viajaban para tocar en México, sin embargo ese show se canceló por el terremoto del 19 de septiembre.
Como fuere, los islandeses se despidieron de América Latina con el show en Colombia, un concierto que ellos nunca olvidarán, y que los 100 o 150 asistentes recordaremos como una noche histórica.
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Julián López Cortés