Cancelación de Lollapalooza: No le echen la culpa a Rock Al Parque

Dos reconocidos periodistas dieron a entender que parte del poco éxito en ventas para Lollapalooza tuvo que ver con la cultura de la gratuidad a la que supuestamente nos acostumbró Rock Al Parque.

Nada más canalla y falso que eso. El primero que lo insinuó fue Alejandro Marín en su columna del periódico El Espectador. Inició contando el largo y complejo camino que tuvieron las productoras de Lollapalooza Colombia antes de hacer eventos masivos: “Pero no todo fue grande desde el principio, porque nadie arranca a caminar desde el natalicio. Comenzaron haciendo Bajofondo hace 15 años en el Downtown 7/27 y han ido creciendo, contra viento y marea y contra la cultura de la gratuidad que Rock Al Parque fomentó, inicialmente con el buen fin de promover la cultura por la cultura y que luego se convirtió en una herramienta más de las maquinarias políticas para sedar al pueblo a punta de tamales, mogollas y metal gratis”.

Para nada de acuerdo señor Marín. Rock Al Parque se hizo por primera vez en 1994. Cinco años después se realizó el histórico concierto de Metallica, con lleno total. Lo mismo sucedió con el concierto de Roger Waters en el 2007. Es decir, si el público bogotano se hubiese acostumbrado a lo gratuito no hubiese comprado boletas para esos dos conciertos (solo por mencionar dos ejemplos, pues shows masivos ha habido en Colombia en paralelo con Rock Al Parque).

Otro aspecto que le refuto a Marín es la diferencia de los públicos. No se puede comparar a la persona que va a ver Napalm Death gratis con la que quiere ir a un festival como Lollapalooza, en el que el headliner es Lana del Rey.

Por su parte, Carlos Solano, quien escribe para el periódico El Tiempo, y es editor del reconocido blog “Caja de Resonancia” publicó en su momento: “No son pocas las voces que han señalado los peligros de la cultura de la gratuidad que durante 22 años ha promovido el “festival gratuito más grande de Suramérica”, pues gran parte del público ha crecido bajo la creencia de que ir a ver un concierto es algo que debe ser gratis.

“Consecuencia de ello han sido los intentos de ‘coladas’ masivas a presentaciones de Iron Maiden, entre muchos otros: fanáticos que sienten que se han ganado el derecho a ver a su banda sin costo alguno”.

No se le puede responsabilizar a Rock Al Parque por esos intentos de coladas de los que habla el periodista. Si bien son reprochables desde todo punto de vista, no son consecuencia de un festival gratuito. Shows gratis hay en todo el mundo porque la cultura es inclusiva; los hay en Bogotá, en México, en Chile y en Buenos Aires. Por ahí tampoco es la cosa.

Defiendo la labor que han hecho T310 y Absent Papa. En otra columna invité a nuestros lectores a creerles; les celebramos sus logros y reconocemos en el Festival Estéreo Picnic la creación de una marca sólida. (Columna: No es bueno que se cancele Lollapalooza Colombia)

Hay que buscar en otros lados; se trata de un ejercicio de “Lecciones Aprendidas”, que seguramente las productoras están haciendo. Factores como la fecha, los artistas, la cancelación de Rihanna, la no inclusión de un headliner rockero para el primer Lolla Colombia, son solo algunos de los aspectos que se deben revisar. Pero es injusto, repito, darle parte de la responsabilidad (poca o mucha), a Rock al Parque.

El camino es largo y el segundo semestre promete muchos festivales con artistas locales e internacionales. Viene el Eco Sabana, se confirmó Slipknot, también está el Rock & Shout y a finales del año llegará una nueva edición del Festival del Diablo.

Así que una cosa es Rock Al Parque, y otra muy distinta los festivales y conciertos masivos pagos.

Julián López Cortés
@Eljuli_Lopez