Hablar de la evolución musical es referirse a la masificación de los sonidos; a medida de eso, es referirnos al sonido electrónico donde muchas veces son loops o sonidos generados por las máquinas. Pero siempre existen aquellas personas que van en contra de la corriente y sin lugar a dudas son los verdaderos revolucionarios.
Esa es la historia de Rupert Neve, un nativo británico, el cual anduvo gran parte de su niñez en Sudamérica puntualmente en Argentina entre los años 30’s y 40s. Para hablar de esto hay que ubicarnos en la época de la Segunda Guerra Mundial, donde Neve encontró una de las principales necesidades de su entorno, la radio.
Él, con sus manos, construía y vendía radios a sus allegados a partir de los manuales que encontraba. Junto con eso llegaba su gran pasión, la música y sí, él mismo construyó un estudio de grabación móvil y así poder grabar la mayor cantidad de cosas. En 1950, su afán por crear lo llevó a trabajar con una de las empresas más importantes del momento, pero su interés por ir más allá lo llevó a tener diferencias con sus superiores y decidió dar un paso al costado; en ese momento es donde nace la leyenda.
Neve decidió crear su propia empresa, CQ Audio, donde toda la creatividad saldría a flote comenzando por unos altavoces hechos con estanterías de libros, aquellos llamaron mucho la atención. Pero es en este momento que con un pequeño reconocimiento, Neve, decidió crear una mesa de mezclas.
Antes y un después en la producción musical
Sus primeras mesas se construyeron bajo pedido y uno de esos artistas que confiaron en su proyecto fue Desmond Leslie, de Irlanda. Tal vez un artista poco conocido, pero fue uno de los precursores de la música electrónica y de los primeros en experimentar con ese sonido. Su fascinación por la consola de Neve se transformó en un secreto a voces y así se volvió en uno de los productos más apetecidos por los músicos.
Entre esos pedidos nació su más grande consola de mezcla, la 5088, aquella consola lo llevó a convertirse en uno de los más respetados en el mundo del sonido. Tanto así que hasta hoy en día, varios músicos las usan a pesar de que sea una consola análoga, la cual no puede ser manipulada con ningún programa de computador, algo así como un protools. Después de varias versiones nació la famosa 8028, la cual hoy en día se sigue usando.
Entender qué es grabar en análogo es escuchar música que no suena perfecto y que se trata en realidad de lo que los artistas tocaron sin ningún tipo de corrección. Es escuchar una canción en su estado más puro, es así que hasta hoy en día grandes estudios y artistas añoran y respetan una grabación análoga y siempre usando una consola Neve.
Alan Parsons, reconocido productor, artista e ingeniero de sonido, ha confesado varias veces su gusto por la grabación análoga, además de alabar el gran trabajo de Rupert Neve, describiéndolo como la persona más respetada en el mundo del sonido. Parsons es un gran referente en la producción y un genio en la música el cual ha estado nominado varias veces a Grammy y ha obtenido uno de estos premios, es una voz autorizada para calificar el trabajo de Neve, pero él no es el único.
En el año 1991 en un pequeño estudio de Los Ángeles se grabó uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos. “Nevermind” de Nirvana, donde aquel pequeño estudio llamado Sound City tenía una consola 8028 y, es ahí, donde Dave Grohl, en ese momento baterista de la banda, encontraría la magia del sonido análogo. Tanto así, que años después Dave le dedicaría un documental completo al sonido único de la consola, además del espectacular estudio donde para él era la mezcla perfecta.
Es así como en el año 2011 los Foo Fighters en cabeza de Grohl decidieron grabar, tal vez, el disco más puro de la banda, ¿cómo? en la casa de Grohl con una consola Neve y rodeado de todos los integrantes de la banda.
Un sin fin de artistas han usado sus mesas, por ejemplo, Tom Petty, Rage Against The Machine, Johnny Cash o Neil Young. Neve logró eso, llevar la grabación musical a su sonido más puro y cercano; hoy, se ha convertido en una de las personas más respetadas del ámbito de la producción musical.
Por: Diego Alejandro Pardo