Luego de su notoria instalación, hay quienes aseguran que las nuevas copias no respetan la fidelidad de este formato.
Aunque para muchos el vinilo resurgió a finales de la década del 2010, lo cierto es que este medio nunca dejó de producirse, ni siquiera en la peor crisis que vivió la música a finales de la década del 90 e inicios del nuevo siglo.
Los vinilos siempre han estado en el radar de las compañías discográficas porque son un objeto para coleccionistas y melómanos. Sin embargo, desde el 2006 su producción se ha incrementado y de hecho, las ventas en este formato están registrando ingresos que no se veían desde los 90. Hoy podemos ver “Pastas”, en la mayoría de las discotiendas del país, y los servicios de venta por Internet son muchísimos. Hoy no es difícil comprar vinilos, como sí lo fue hace 10 años.
Ahora bien, con el vinilo han surgido también las re-ediciones, que aunque en muchos casos vienen directamente del sello discográfico, en distintos casos (no pocos), han nacido nuevos sellos que compran las licencias para reproducir la música en este formato, como lo son Back On Black, Cargo y Disorder, todas ellas europeas.
La polémica
Todo surgió con la noticia que publicó la revista Billboard Argentina en febrero, en donde anunció que Argentina iniciaría la producción local de vinilos, inicialmente con el catálogo (lo suficientemente extenso), de rock local.
La nota asegura que esa producción local, y sugiere que parte de la que se importa, no obtienen la grabación del master original sino de la copia digital que está a 24 bits. Dicho de otro modo, se graba en el vinilo el sonido del CD.
La nota cita a Gustavo Gauvry, fundador del estudio de grabación argentino Del Cielito. Allí, el productor dice que “el audio digital, como es una representación numérica de la señal de audio, está limitado entre 20hz y 20khz por una cuestión de practicidad. Se supone que ese es el límite de la audición humana (algo no del todo demostrado porque los sentidos no son tan definidos, ni son compartimentos estancos). El vinilo, y todo audio analógico, no tiene ese límite, no está recortado en frecuencias. Por lo tanto, hacer un vinilo de un audio digital con esas limitaciones, sumadas a las propias del vinilo como es el volumen, es absurdo. Prefiero un CD.”
El reparo parece no haberse notado hasta este momento, cuando se anunció que Argentina empezaría a producir vinilos. Antes de esta noticia, se sabía que el único país de América Latina que lo estaba haciendo era Brasil.
Lo que hay que tener en cuenta
Como el mercado del vinilo tiene una particular demanda en este momento (en Bogotá hay cerca de 25 tiendas y servicios especializados en venta de vinilos), conseguir primeras ediciones se ha vuelto casi imposible al punto que las ediciones colombianas han aumentado considerablemente su valor. Esto se debe a que son copias grabadas del master, así que acá se rompe el mito: los vinilos colombianos de época, contrario a lo que se piensa, sí suenan bien.
Volviendo al tema, un gran porcentaje de lo que hoy se consigue en el mercado son re-ediciones. Por eso, lo que hay que buscar en ellas es un sticker que diga algo como “remastered for vinlyl from the original tapes”.
Este “certificado”, lo tienen todos los discos de Rhino, Because Sound Matters (Warner) y Music On Vinyl, que en la actualidad ostentan la mayoría del catálogo de re-ediciones.
Ahora bien, todas las re-ediciones que directamente se hayan producido por la discográfica (EMI, Sony, Universal, Epic, Capitol, Warner, etc), en teoría, son hechas directamente desde el master, con lo cual no habría de qué preocuparse.
La duda debería surgir en aquellos discos que son hechos bajo licencia, es decir, que cuentan con el permiso de reproducción, pero no se especifica si la copia salió del master o no.
¿Qué pasa con los discos nuevos?
Las ediciones recientes de vinilos, de discos de temporada, están creadas a partir del master, por lo que no hay duda de su sonido nativo y todas las posibilidades que da el vinilo.
Así que no hay mucho de qué preocuparse. Sin embargo, vale la pena ser más cuidadosos al comprar vinilos, especialmente si se trata de re-ediciones. Nuestra recomendación, prefieran todos aquellos que certifican que fueron grabados desde el master original, y si pueden, vayan a ediciones de época. Aún con el ruido sucio, su sonido es maravilloso.
Julián López Cortés