“Zapateaito” es como podría resumirse un concierto que, como muy pocos, puso de pies y cadera arriba al Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo.
Definir la música que se escuchó el jueves 9 de marzo en la noche es un poco complicado; aún no termino de asimilar la variedad de sabores, ritmos y armonías que se entremezclaron para regalarle a un público (tan diverso como las mismas canciones) 90 minutos de buena música.
Masilva se presenta como un “electrovador que compone canciones bailables y espaciales, inspiradas en la tradición folclórica latinoamericana y los sonidos globales”, es decir que su música es algo así como “Ni Chicha, ni limoná”; su música se define a sí misma y es realmente una experiencia auditiva reencontrar ritmos tan tradicionales reinterpretados de la manera más inesperada.
Camilo Masilva trae su última producción “Juglaria Gallinaza” la cual busca reencontrarse con el folclore y la música colombiana; entre sus propuestas más emocionantes podemos disfrutar de mezclas y fusiones de cumbias, champetas, tambora, guaracha, entre otras., combinadas con sonidos electro, funk, dub e hip-hop.
Además, esta producción contó con la afortunada participación del Maestro Abelardo Carbonó, la leyenda viva de la champeta criolla, quien imprime todo su talento y enriquece esta nueva propuesta musical. De esta colaboración sólo queda resaltar que Abelardo Carbonó es, como bien lo homenajea Masilva en su canción homónima: “el verdadero maestro de la psicodelia del caribe colombiano”.
Masilva y sus nuevas apuestas por reinventar la tradición musical de nuestra tierra nos llevan a reencontrarnos con ese folclore tan rico y extenso que tenemos. Sus letras que retratan la cotidianidad de la vida latinoamericana harían envidiar al mismísimo Victor Jara. Estamos ante un artista que apuesta en grande, el hecho de que rompa esquemas como poner a bailar al público en el Teatro Julio Mario Santodomingo hace que se vayan generando expectativas.
¿Veremos más de este artista? Por ahora no lo sabemos, él mismo responde que no le gusta generarse muchas expectativas, simplemente seguir trabajando duro por la música que le gusta hacer. Si bien Masilva no quiere generarse expectativas, nos dejó con ganas de escuchar más y próximamente lo podremos hacer en el festival de Música de Glastonbury 2017, donde seguirá demostrando que todavía hay espacio para la buena música colombiana.
Crónica y fotos: Andrés Eduardo Reyes Vargas