San Francisco es una de aquellas pocas ciudades reconocidas mundialmente, no solo por su belleza, sino también por las pequeñas y grandes alteraciones que ella ha provocado a la humanidad.
San Francisco es la Babilonia de los siglos XX y XXI, y aunque no tiene sus jardines colgantes, tiene su puente colgante llamado el Golden Gate Bridge, una de las maravillas contemporáneas de nuestra época.
¿Cómo fue que San Francisco terminó siendo la ciudad que es hoy? Ella fue forjada por aquellos momentos cruciales en su vida, como el terremoto de 1906 del cual renació como el Fénix, saliendo de sus propias cenizas y destrucción.
El descubrimiento de oro en California, que hizo de la ciudad el punto de cruce a los buscadores de oro; la creación de Las Naciones Unidas en su seno, que la hizo comparable a Bruselas, la capital de la Unión Europea; Berkley y Oakland, ciudades hermanas que la acogieron y ayudaron a acentuar su fuerza y lucha en la búsqueda de cambios sociales; los nuevos buscadores de oro, que lo cambiaron por la otra comodidad aún mucho mas valiosa y que hoy en día llamamos silicon. Y su conexión al Lejano Oriente, que siendo su puerta de entrada, no solamente abrió nuevos tratados económicos y políticos sino que también abrió nuestras mentes hacia la diversidad tanto social como cultural y artística.
Cuando los Estados Unidos estaban a punto de explotar por sus batallas internas, la ciudad abrió sus brazos al movimiento hippie, y en 1967 los recibió con lo que hoy es conocido como el Verano del Amor (Summer of Love).
Todo esto se extendió en los 60’s y 70’s y se conoció con un nombre aún mucho más grande: La Edad de Acuario (The age of Aquarius).
Esta mescolanza se convirtió en el abono para la Bahía de San Francisco. Y de sus cenizas, de su riqueza, de su vanguardia, y de su diversidad social y cultural nacieron nombres como Carlos Santana y Metallica, Grateful Dead y Jefferson Airplane, Joan Baez y muchos, muchos más.
Y aunque la lista de artistas aún continua creciendo, canciones como “Sittin’ On the Dock of the Bay” y “San Francisco” la están comenzando a poner al nivel de leyenda, como lo fueron “Troya y Atlantida”, y hasta de pronto, Macondo.
Jairo A Lopez