Se estima que el grupo liderado por Tom Araya ha vendido 16 millones de discos a nivel mundial, nueve de ellos en Estados Unidos.
Lo maravilloso de la música, y en general del arte, es que se puede acceder a ella en cualquier momento de la historia. Muchas personas hoy en día, siguen descubriendo a The Beatles, Black Sabbath o los Rolling Stones.
Si se habla de rock, puntualmente de metal, Slayer es una banda a la que se le debe poner mucha atención y que debe estar en la colección de cualquier melómano.
El grupo se fundó en 1981 en Estados Unidos, por Jeff Henneman (RIP), Kerry King, Dave Lombardo (Cuba) y Tom Araya (Chile). Debutó en 1983 con el disco “Show No Mercy”, bajo el género musical conocido como el thrash metal.
En la actualidad, Slayer cuenta con 12 trabajos de su discografía oficial, sin contar discos en vivo y de versiones.
En Mtres recomendamos tener estos 10 discos de Slayer.
10. God Hates Us All (2001)
Fue publicado el 11 de septiembre de 2001 (polémica fecha), y producido por Matt Hyde. El disco fue nominado al Grammy por los temas “Disciple” y “Bloodline”. Musicalmente recibió algunas críticas puesto que, de acuerdo con algunos especialistas, el trabajo no explotó de una manera clara su orientación sonora.
9. Christ Illusion (2006)
Un disco muy importante, pues mostró el retorno de Slayer a un sonido más crudo y directo, del cual la banda se alejó en los 90.
Para Kerry King, guitarrista, este disco fue “lo mejor que hemos hecho desde Reign In Blood”. Para Loudwire, el disco es el más pesado de Slayer en los últimos años. Adicionalmente, es el primer disco con Dave Lombardo, tras 10 años.
8. Repentless (2015)
Con este disco, el último de la carrera de Slayer (pues el grupo anunció que se retiraba), quedó claro que la muerte de Jeff Hanneman no iba a alterar el proceso creativo del grupo; en cambio, “Repentless” sacó a relucir lo mejor de Kerry King, quien “remó” por completo la composición rítmica del disco.
7. Divine Intervention (1994)
En este disco Paul Bostaph llegó a tomar el lugar de Dave Lombardo, quien se retiraba por primera vez del grupo (pero no definitivamente). Bostaph, sin duda un gran baterista, pero en ese momento no tan pulido como Lombardo.
Con respecto al disco, “Divine Intervention” fue producido por Rick Rubin y Toby Wright, dos grandes nombres que probablemente fueron demasiado para un solo disco, y por eso el sonido del sexto álbum de Slayer no fue tan contundente y claro como el de sus predecesores.
6. Show No Mercy (1983)
Alguna reseña en su momento dijo de este disco que era “basura pura, sin alteración”, incluso el mismo Dave Lombardo los describió como “primitivo e ingenuo”. Sin embargo, para muchísimas bandas, este disco es una de las más poderosas influencias del metal de los 80.
5. Hell Awaits (1985)
El crítico británico Geoff Barton aseguró que Slayer era “la banda más amenazante y subversiva del planeta”, y describió a “Hell Awaits” como “horroroso”, “perturbador”, “trastornado” y, por supuesto, “malvado”.
Desde la canción del título hasta el cierre apocalíptico de Hardening Of The Arteries, “Hell Awaits” fue un despiadado ataque de thrash metal con un aura evidentemente malévola.
4. World Painted Blood (2009)
23 años después del lanzamiento de “Reign In Blood”, Slayer volvió al sonido clásico de los 80, pero con más agresividad y técnica.
En general, aunque no es un disco tan rápido como “Christ Illusion”, es un trabajo de una mejor calidad en cuanto a producción y que definitivamente rindió tributo al sonido propio de los 80.
3. South Of Heaven (1988)
Presentar un disco mejor que “Reign In Blood” era una tarea difícil, pero no imposible para Slayer, que publicó esta obra maestra del metal, sobre la que Tom Araya afirmó que “sabíamos que no podíamos hacer otros Reign In Blood.
2. Seasons In The Abyss (1990)
Fue el último disco grabado con Dave Lombardo hasta 2006. Los temas más emblemáticos de este disco son “Dead Skin Mask” y “War Ensemble”. Con este disco se hizo evidente el rechazo de Slayer a la guerra del Golfo.
1. Reign In Blood (1986)
Una obra maestra, considerado por muchos uno de los mejores discos de la historia del metal. Fue tan polémico que el sello Columbia Records se negó a lanzarlo, por eso tuvo que ser distribuído por Geffen Records en Estados Unidos y por London Records en el Reino Unido.
El disco tiene 10 canciones en una duración que no supera los 30 minutos. Es un puñetazo en la cara de principio a fin.