Esta banda bogotana lanzó desde Nueva York, con su sencillo “Blues Cumbiero”, su nuevo EP “Tierra de Dios”, en conexión con bares de Bogotá, Medellín y Santa Marta. Un momento esperado por todos. Pero hubo una historia antes de la historia.
Hace diez meses me encontré con Alejandro Monroy (voz y guitarra) y José Manuel Rodríguez (guitarra y voz) en unas condiciones festivas dignas del AC-DC de los años 70 y bueno, debido al contexto de esa explosiva (por lo etílica) charla, esta entrevista desapareció de este universo, mejor dicho, se hizo humo. Por decirlo menos.
Pero como la teoría del “Multiverso” gana cada vez más adeptos, tal vez un fan (de otro mundo) de esta tremenda banda que es ENePEI, digitó un “arpegio” usando la “Teoría de Cuerdas” e hizo aparecer, como un milagro, las presentes palabras sobre su nuevo EP llamado “Tierra de Dios”, cuando aún estaba en la incubadora, cuando aún ni sabían cómo se llamaría ese nuevo trabajo.
Bueno bien señores, ahora sabemos que ustedes graban cada lustro y por ello tuvieron un largo paréntesis, ¿qué sucedió?
Casi cinco años sin grabar. Cualquier banda se enloquecería. Para nosotros no fue tan grave enloquecernos por no hacerlo. Es que fue de alguna manera complicado presentar el primer disco, porque la música de ENePEI no es fácil de digerir. Mostrarlo fue complejo.
Y fíjese, nos hizo muy capaces, muy diestros a la hora de interpretar esa complejidad. “Buenas y Santas” es un disco difícil de interpretar; fue extremadamente dispendioso montarlo, musicalmente hablando fue una cosa de locos. Nos demoramos dos años logrando el nivel que esas composiciones merecían; además la banda nunca tuvo a sus cuatro integrantes definidos. Casi siempre el baterista y el bajista eran una secuencia. Básicamente, el grupo en ese tiempo estuvo buscando su sonido y su familia; la banda se convirtió en Alejandro Monroy, y José Rodríguez. Guerreando mucho y buscando personajes que acompañaran al proyecto en esa lucha. Pero bueno, hoy logramos encontrar un par de personajes que lo enfocaron en lo que queríamos lograr y nos hicieron sentir que por fin teníamos una banda de nuevo consolidada y a partir de ello comenzamos a trabajar en un nuevo sonido. Ellos son el bajista Shine Degez (Kraken) y el baterista Andrés Garzón (The Black Cat Bone).
Y fue un paréntesis lleno de búsqueda.
En esos cinco años que no grabamos, la banda se dedicó a tocar y viajar entre pueblos colombianos. A conocer un poco más del folclor, entendiendo nuestra cultura, experimentando con músicos nuevos y aprendiendo de personajes como Mario Criales o Gabito Galvis, gente que nos enseñó algo especial, que pasaron por la banda, no para hacer parte de ella, sino para ofrecerle un aprendizaje nuevo en términos de folclor.
Nuestra banda aspira a lograr un balance entre el folclor y el rock. Encontrar músicos de ese nivel, que logren hacer Rock ´n´ Roll y a la vez folclor es complejo de encontrar, porque dentro de nuestro underground colombiano es difícil encontrar músicos que enfrenten al folclor desde el rock.
Entonces el viaje de pronto les mostró que tenían las canciones nuevas.
Así fue. En medio de ello nos comprometimos a tener el control en las manos y hacer una investigación de lo que queríamos. Nos tomamos el tiempo para estudiarlo y ver cómo hacerlo. Desarrollamos unas maquetas y una pre producción antes de grabar. Buscando comprender esos momentos y así darnos cuenta que de pronto nos podía faltar algo para el paso siguiente.
En el primer disco tratamos de abordar todo en un mismo concepto, así tuviéramos ayuda profesional y tratamos de trabajar todo en un mismo momento. Fue un escalón que nos enseñó que ese segundo trabajo debía ser abordado de otra manera y esa manera es viviendo cada momento y hacerlo todo nosotros mismos. Es la manera contraria a lo que habíamos hecho. En este los productores fuimos nosotros, elegimos los temas, ahora no tuvimos ningún recato de mostrárselo a la gente, la vez pasada fue un misterio, pero esta vez no.
El primer disco no lo vivimos en verdad. Estamos felices porque este segundo disco no tiene ningún filtro diferente a nosotros. Hay que aclarar una cosa: en el primer disco no teníamos banda.
Mejor dicho, sí teníamos banda, pero no una que decidiera junto a nosotros. En este disco tenemos un grupo de gente que es parte de nuestra familia, con la cual construimos nuestra música. En el primer disco tuvimos un músico pago y un productor que nos enfocaba, en este segundo disco tenemos unas ideas en conjunto.
Sería el colmo que en esta mierda del Rock ´n´ Roll no fuéramos capaces de producir nuestro propio disco, sería el colmo, entonces lo que decidimos con este trabajo es apropiarnos de nuestra música, hacerle las modificaciones que nosotros consideramos, mostrársela a la gente y buscar el sonido acompañados de la banda. Finalmente somos la familia que siempre quisimos ser.
Entonces aparecieron las canciones. “Me sacaste de la casa”
Es un tema de José. Es una canción que curiosamente yo (Alejandro) no pensé jamás que pudiera llegar a ser parte de la producción, pensando desde la historia de ENePEI. Creí que las canciones iban a ser más fuertes, más contundentes.
Es una canción muy bonita, pero no sentí que podía ser parte de esto. La gente hizo lo suyo al opinar y por ello “es parte de esto”. Invitamos a 30 personas entre amigos y músicos para que nos dijeran que opinaban. Gente como William Tapan, Sandra Plata (que no tiene idea de música), Luisa Rivera (mi señora, dice Alejandro), David Cárdenas (el baterista), incluso usted mismo: Mauricio Tamayo.
De manera enfática José añade que “esa canción la grabó Andrés Cepeda pero, a pesar de que la grabación es muy linda -porque además la hizo con Nito Mestre de Argentina (cosa que fue un honor para mí)-, no le hizo justicia a lo que yo quería expresar cuando la compuse. Por eso ahora logramos ese pedazo crudo, venoso, de hígado enfermo”.
Y ahí “Viene el hipo”
Es un tema que lleva más de 10 años con nosotros. Lo hicimos con José en la casa. Es una canción de mera fiesta. En ella mencionamos los amigos de la banda. Es puro Rock ´n´ Roll con champeta progresiva. Es una historia sencilla de nuestras parrandas, de cuando con José nos hartamos de tomar brandy, en una época de compartir, de estar con los amigos, crear ideas y tener nenas, era eso, pura gozadera.
Tiene una remembranza a unos amigos, los Monóxido Bajo Cero. Hacemos una referencia muy cariñosa. No sabemos por qué, pero no decían “a poguear”, sino “apojiar”, entonces nosotros lo adoptamos y empezamos a decirlo igual: apojiar.
Y la “Tierra de Dios”
Es un pasillo ‘metaliado’ y viene siendo la segunda parte del “Buenas y Santas”. El mensaje que deseamos dejar es que nos concienticemos un poco de proteger lo que tenemos y no pateemos la pinche lonchera que es nuestro planeta y protejamos con todo La Tierra.
Va en tiempo de pasillo pero se vuelve Rock ´n´ Roll, con coro estilo Soundgarden y tiene momentos medio Nirvaneros. Es uno de nuestros temas preferidos compuestos por ENePEI. “Tierra de Dios, cielo y testigo, Tierra de Dios, hombre enemigo”.
Y finalmente el “Blues Cumbiero”
“Es una manera de decirle a las personas que se sienten agobiadas por el camino que han vivido, que la única culpa del sufrimiento de sus vidas es exclusivamente de ellos, que cada quien decide qué día va a vivir, cómo se levanta y cómo se acuesta.
Empezó con un par de riffs que yo escribí (dice José) y se los mostré a Alejo y sin pensar el ‘man’ me dijo, “hermano ese es el cuarto tema del EP”. Yo dije “eso no está listo, eso solo tiene dos riffs, no tiene letra, no tiene orden, no es mucho”. Me dijo “solo hay que proponerlo y dejarlo ser”. Yo no pensaba que fuera a ser nada rápido, pero la banda la hizo realidad. La banda hizo que fuera. En ese momento nos graduamos de banda.
Nos graduamos de banda y fue un momento muy bonito. Cuando empezamos a tocar comenzó a suceder una magia ni la hijueputa con esa canción, esa vaina es un viaje, es una historia que hay que contar, pero primero vamos a graduarnos como banda, arrancamos los cuatro en un ensayo y salió la puta cancón sola, entre los cuatro y fue hermoso. Cuando salimos no podíamos creerlo, que después de tanto joder con tantos putos bajos secuenciados, con tanta gente que no tuvo compromiso y finalmente ahí estábamos: ENePEI, la banda.
…..
Y así de esta manera siguió la charla hasta que el cielo se llenó de rojos y naranjas. Las guitarras sonaban explicando cada idea y los vecinos, de lo bien que sonaban, se abstuvieron de llamar a la policía. ENePEI se preparó psicológicamente y a la semana entró al estudio a grabar. Así pasó. Pero antes de despedirnos hubo tiempo para una última frase:
“Queremos mucho a MTres, esto que ustedes hacen es de lo más significativo que alguien pudiera hacer por el rock nacional, por el movimiento colombiano. Hay muchas bandas y mucha gente que está haciendo música por sus familias y por el amor al Rock ´n´Roll. Les decimos: Si a usted se le para haciendo música déjese venir”.
Mauricio Tamayo