Mtres.co habló con este músico colombiano que suma varios años de experiencia como intérprete, músico de sesión, compositor y productor musical. Una reseña de su carrera, en su propia voz.
José Fernando Cortés, muy recordado en la escena del rock bogotano, recibió el encargo de ser el representante para Colombia de las guitarras EVH, diseñadas por uno de sus. Este patrocinio, y los anuncios sobre su nuevo disco, sirvieron de excusa para ponernos en contacto de nuevo.
La gentileza de José Fernando me permitió, además de visitar su casa, hablar con él durante dos horas. En ese tiempo, hablamos de los inicios, de su inspiración, de su carrera y de sus guitarras. En medio de todos esos temas, una idea fue recurrente: la importancia de vivir y disfrutar cada momento de la vida.
Al contar con tanto material, y con el favor de los gestores de este medio, mi recuento de esa charla se dividirá en dos entregas. Esta será la primera, dedicada a conocer a José Fernando como artista y a repasar su carrera. La segunda excusa, su nueva guitarra EHV, es tan impresionante que merece un capítulo aparte.
Los inicios
La relación de José Fernando con la música empezó como un plan familiar con sus primos, sin mayores pretensiones. Sin embargo, uno de los momentos que definió su estilo y su carrera ocurrió hacia los años 80 del siglo pasado, en una tienda de Nueva York.
“Yo estaba muy chiquito todavía, y estaba empezando a tocar”, recordó José. “Entré a un almacén y estaba el típico músico tocando con su guitarra y la vaina, con su look… Yo dije: ‘¡Ah, Claro! Así es como se toca una guitarra’. No eran los acordes y el ‘punteo’, como suelen decir acá. ¡Era un man con toda la gana! Estaba fuerte esa parte del revival de ser virtuoso; eso fue clave para mí”.
Tal vez, José Fernando aprendió algunas cosas tocado Pueblito Viejo, como le tocó a muchos. Sin embargo, ir de vez en vez a una tienda de instrumentos en Estados Unidos tiene sus ventajas: “Entonces uno le decía al músico: ‘Oiga, tóquese tal vaina, Queen, Led Zeppelin…’ Y el man tocaba un pedazo, los rifss. Uno miraba la forma en que tocaba, las manos, la actitud en general. Eso fue una revelación”.
Sin embargo, no todas las ventajas pudieron aprovecharse. “Yo soñaba con estudiar en el Music Institute en Los Ángeles”, me dijo José. “Pero eso costaba una fortuna. Yo estudié derecho, pero realmente estudiaba era guitarra. No fui el más destacado en la facultad porque me clavaba a estudiar con las revistas y los discos”.
Cualquier roquero bogotano que sume alrededor de tres décadas de vida, recordará a José Fernando por una banda de blues que marcó época: “Nosotros tocamos en el primer Rock al Parque, y Vértigo ya existía hacía cuatro años”.
Las fuentes de inspiración, ante la ausencia de referentes locales, incluyeron a los Red Hot Chili Peppers, Stevie Ray Vaughan , ZZ Top y hasta The Beatles: “Teníamos una noción muy artesanal de cómo se hacían las cosas, de componer una canción, de inventar un riff o escribir una letra.”
José Fernando piensa que, si bien no fue su intensión, de alguna manera fueron pioneros de un estilo: “Supimos de otros grupos de blues acá después de haber empezado nosotros. Por decir algo, Pepa Fresa, El Sud, Candelaria Blues, Blue Derek, a todos ellos los conocimos después, y ellos nos decían que nosotros comenzamos con eso y que les pareció chévere”.
José también recuerda a Vértigo como una evolución muy natural, como algo no planeado. Muy al estilo de la letra de una de sus canciones más recordadas. Según José Fernando, “Tal vez sí aprendimos la lección de lo que hay y no hay que fumar”.
Cabas y la producción
En un momento en su carrera en el que estuvo radicado en Miami, José Fernando recibió una llamada de Andrés Cabas con una buena noticia: luego de resolver unos problemas legales, el disco en el que ambos habían trabajado podría ser publicado.
“Yo empecé con él como amigos”, me contó José. “Lo conocí por una novia y empezamos a vacilar con la música. Luego nos volvimos un poco más serios, y sacamos algunas cosas que se volvieron los primeros demos de lo que iba a ser el primer disco.”
A pesar de lo que muchos puedan pensar, el concepto de Cabas no fue algo prefabricado en la oficina de algún ejecutivo en una disquera: “También fue una cosa desde ceros, de vaya a mi casa y miremos qué podemos hacer. No tenía ese sentido de lo que, tal vez, ahora pasa más; de pensemos en este ritmo y estilo que está funcionando o que va a pegar en radio”.
Sin embargo, sí requirió de mucho trabajo, en especial cuando Cabas le sugirió a José Fernando incluir una guitarra eléctrica en sus canciones de folclor: “Yo me quedé como timbrado, y le dije que esperara a ver qué se me ocurría. Fue entonces que pensé en Jimi Hendrix y en el Wah Wah”; un pedal muy popular que produce un sonido similar al de su nombre.
“La primera que hicimos fue Ana María. Le grabé una guitarra eléctrica y pensé en un riff que tuviera esa onda medio retro, pero que funcionara con una canción de folclor. Dentro de esos demos, hicimos Fiesta de Tambores. Creo que fue la más radical en ese sentido, pero funcionó bien y ahí empezó el proceso”.
La época de Cabas representó la oportunidad de viajar por varios continentes También fueron los tiempos de los grandes estudios como el de Sonolux, de contratar músicos respetados y de incluso, seleccionar un amplificador para grabar entre seis opciones diferentes: “Esa magia se ha perdido. Es una cosa que los músicos más jóvenes no van a tener la oportunidad de vivir.”
José Fernando recuerda con mucho cariño esos años, que coincidieron con sus trabajos como productor de los discos de Guayobé y Pescao Vivo. “Esos proyectos son los que están más vivos dentro de mí”, me dijo José. “Los discos que uno hace con el mouse son menos memorables, pero eso ya no se hace porque el disco físico casi no se vende, y la recuperación de la inversión es muy tardía”.
El nuevo disco
El disco sucesor de ‘Freedom’, prensado hace cinco años, ya está listo. Sin embargo, José Fernando espera lanzarlo hacia febrero o marzo de 2016. “Voy a sacarle todo el jugo posible porque me ha costado mucho trabajo y esfuerzo”, afirmó José, quien grabó todas las guitarras, el bajo e hizo las voces: “Ese es un instrumento en done apenas estoy encontrándome. Es muy frágil, mañoso y consentido. Parece una mujer, la voz…”
Además de un arte de colección, incluirá como bateristas invitados a Mario Salazar, Eduardo Garrido (quien tocó en su primer disco solista), Roberto Cuao y Pablo Bernal. También se sumaron a la grabación el percusionista cartagenero Fanor Blanco y Francisco Javier Iragorri, violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional (además, primo de José).
La mayoría de la grabación se desarrolló en la casa de José, donde tiene un pequeño estudio: “Este es mi laboratorio y lo conozco bien. Soy muy práctico. Incluso grabo las guías pensando en que son las guitarras que van a quedar; se está muy relajado cuando uno las graba, y quedan con esa frescura”.
Esa misma frescura que le pone a su nuevo disco lo ha acompañado durante toda su vida, y lo ha llevado a escenarios insospechados. “Nunca me imaginé cuando comencé que iba a tocar en el Madison Square Garden o en París. Es muy gratificante, pero uno a veces debe dejarse llevar por las cosas que le nacen, más que por ser famoso o figurar. Viví los momentos que tenía que vivir en mi vida desde mi perspectiva, como músico. He tenido esa satisfacción…”
Juan Alejandro Lopera
@cubara